Autor: Gonzalo Pastor
Escrito antes de la explosión de la pandemia. Cuidémonos unos a otros en este mundo globalizado.
Luego de muchos años de vivir fuera del Perú, estoy pasando este verano en Lima o, mejor dicho, en Punta Hermosa corriendo (o al menos tratando de correr) olas en la famosa playa de la Isla.
Aventuras mil me han pasado, pero para hoy quisiera reflexionar sobre la transformación que veo, de lo que antes era un bien de consumo casi suntuario—una tabla hawaiana—y que ahora, gracias al ingenio y buen trabajo de los productores de tablas Klimax, se ha vuelto un bien de fácil acceso para tablistas de todo tipo de clase social.
La industria de tablas que yo recuerdo de hace 40-50 años era de producción casi artesanal, con tablas hechas en azoteas de casas por selectos “shapers,” muchos ellos de familias acomodadas de Lima. El shaper era importante, pues le daba el toque manual mágico a la espuma (“foam,” en la jerga de los tablistas) con cada tabla siendo singular en su haber. Había además algo de esnobismo en el deporte, donde tener acceso al shaper era casi solo a través de sus conocidos o de tus amigos “cool,” como diríamos hoy. Si no conocías a un buen shaper tenias que comprarte una tabla Magus, ahí por la calle La Mar, donde ahora están las famosas cevicherías. Las tablas Magus eran buenas, pero, claro, carecían del status de una tabla Wayo Whilar, Wayo Gubbins, o Alan Sitt en los ojos de un tablista conocedor. Además, que una tabla producida por Wayo o Alan era/es tener algo de alta calidad y con historia de la evolución del surf en el Perú. El precio de las tablas era, por decir, un poco indefinido, pues cada tabla era singular en su forma y toque final, casi dependiendo del día, hora y estado emocional del shaper al momento de encontrase frente a tu foam. Tu grado de amistad con el shaper igualmente ayudaba algo en conseguir un buen precio.
Hoy en Punta Hermosa o en cualquier otra playa de Lima, la cosa es muy diferente. Por un lado, hay casi un monopolio de tablas Klimax en el deporte. Los famosos shapers de antaño han cedido su porción de mercado a Klimax y, según escucho, han buscado nuevos mercados en Ecuador y Chile. Algunos también han cerrado sus puertas y están ahora más dedicados al cuidado de sus nietos y nietas. La forma de las tablas se ha estandarizado significativamente, pues ahora, con computadoras 3D, replicar una tabla que es efectiva en el mar, a la vez de ajustarla a las necesidades y preferencias del comprador específico, es casi cuestión de apretar un botón. La maquina cortadora lo hace automáticamente usando los datos provistos en el caso específico, y el shaper, si bien da importantes toques finales a toda tabla, se encuentra restringido, de algún modo, por parámetros de computadora (pre)-garantizando la efectividad de la tabla en la ola. El avance tecnológico ha traído, pues, una estandarización de modelos/diseños de tablas que funcionan, cosa que hace 40-45 años individuos como mi amigo Lucho Urbina soñaban hacer mas no había como. Comprar una tabla Klimax es también muy fácil, de primera o de segunda, las encuentras en sus tiendas en zonas transitadas, con vendedores muy gentiles que hacen la transacción muy agradable. Como hay casi monopolio de las tablas, los precios entre tablas similares no varían mucho, pero son competitivos si los comparas con el precio de una tabla importada, a las que nada tiene que envidiar una Klimax.
La popularidad de tablas Klimax refleja un esfuerzo de calidad del producto, pero también una decisión consciente de sus competidores de focalizarse, tal vez, en espacios diferentes del mercado de tablas. Por un lado, el alto performance de las tablas Klimax ha sido medido a nivel internacional en todo tipo de olas, incluso por los mismos dueños tablistas de la compañía, que le ha dado visibilidad indiscutible a la marca. Semilleros de niñ@s y jóvenes de todo nivel de ingreso, y ahora campeones de tabla, son una práctica apoyada por años por la firma, con gran efecto demostración para seguidores empeñosos en mejorar su surf y ha dado gran popularidad a sus diseños de tabla. Según un reportaje de Surfing Latino, Rodolfo Klima había producido más de 26,000 tablas allá por 2013, un número record para la realidad nacional. Por otro lado, competidores como Wayo Whilar, que también es auspiciador de campeones internacionales y eventos populares de surf, y cuyas tablas—también diseñadas por software—con una “W” en el lomo son tan reconocibles a la milla como aquellas con una “K” encima, están trabajando en pequeños equipos de taller y, posiblemente, más concentrados en tablas a pedido y menos en una difusión masiva de tablas. Aunque los pedidos son también muchísimos dada la fama de Wayo. También, es casi imposible comprar una tabla Wayo nueva en otro lugar que no sea su taller en Villa; una zona de alta densidad de tráfico vehicular a toda hora del día. Con largos años de shaper de tablas, Wayo ahora esta, además, más y más, en su capacidad de mentor de nuevas generaciones, incluyendo su hijo, a la vez que digiere nuevas demandas de tablas con posibilidades acrobáticas en la ola. Algo inimaginable cuando Wayo empezó en los 60.
El advenimiento de una clase media pujante y de consumo sofisticado en distritos emergentes de Lima ha podido ser también un evento fortuito para el crecimiento de tablas Klimax, que amerita investigarse eventualmente. La computarización en la producción de tablas Klimax, con capacidad de “shapear” tablas en tan solo 40 minutos, en vez de horas de trabajo a mano, empieza en 2004 y coincide con la emergencia de estas nuevas clases medias afluentes, deseosas de imitar patrones de consumo de clases medias tradicionales en el vivir y recrear, incluyendo el surf. Una hipótesis de comportamiento del consumidor a investigar con datos duros que no están al alcance de este autor, sin embargo.
Un gran reto para tablas Klimax es la innovación continua de sus modelos pese al grado de confort actual que tiene la marca en el mercado local de tablas. En antaño, en la opinión de este autor, la innovación de formas de tabla era intermitente, pero continua, llegando a Lima a través artículos publicados en Surfer Magazine, fotos, y tablas traídas por amigos regresando de Hawái. Muchos de estos habiendo entrado a los santuarios de ultra-famosos shapers como Dick Brewer o Ben Aipa, por ejemplo, y probado una variedad de formas para rieles y colas de tablas en las playas de Oahu. Gente como Wayo Whilar son gigantes nacionales en la evolución del surf peruano, corriendo tabla desde los 60 y viviendo la evolución del diseño de estas lindas piezas de arte a lo largo de los años. El reto para Klimax es imitar a los Wayos y seguir innovando a diario, pese a su poder poco más o menos monopólico en el mercado. El reto se ha magnificado, incluso, por la fluidez actual de información sobre lo que funciona o no en el deporte dela tabla y muy posiblemente a través del uso de algoritmos estadísticos que han de ayudar a fabricantes de tabla (locales o extranjeros) diseñar y vender piezas para maniobras antes impensables en la ola y de alto puntaje en competencias actuales de surf. Klimax tiene, pues, una gran tarea en sus manos si quiere mantenerse en la delantera del mercado local.
Siempre podremos decir más sobre el mercado de tablas, pero lo importante para mí estos días es ver jóvenes (hombres y mujeres) de toda condición social con el mismo juguete acuático haciendo maravillas en las olas. Tener una Klimax es “normal” (así seas de Lima afluente o del modesto pueblo de Punta Hermosa), no es relativamente caro, las tablas funcionan, y muchos que antes no podían embarcarse en el deporte, por no tener acceso al “crowd” correcto, u otras razones, ahora son incluso los mejores en el ranking nacional de tabla. Con tablas no tan caras, pero muy eficaces, existe también multiplicidad de escuelas de tabla en las playas locales, donde los novicios se embarcan en una Klimax, una Whilar, o en una Sunset o Liquid Shredder--que es también una marca nacional de exportación--para agarrar su primer “espumón.” Correr tabla es actualmente casi tan popular como jugar fulbito. Ahora todos somos “alguito” de tablistas.
Playa Norte.
Punta Hermosa
13 de marzo de 2020
0 comments:
Publicar un comentario